martes, 7 de diciembre de 2010

EXISTENCIALISMO

El existencialismo es una corriente, movimiento o serie de doctrinas filosóficas y culturales que tiene por objetivo y disciplina, el análisis y la descripción del sentido individual de la vida humana en cuanto “existe”. Sostiene que el existente humano piensa, actúa, se refiere y relaciona consigo mismo, con su propia trascendencia, con sus contradicciones y sus angustias. Para el pensamiento existencialista el individuo no es una porción mecánica o “parte” de un todo, sino que el hombre es en sí una “integridad” libre por sí. Esta doctrina filosófica considera qué es la existencia del ser humano libre y qué es lo que define su esencia, en lugar de entender que su esencia o condición humana determina su existencia. Para esta corriente del pensamiento la existencia del ser humano no es nunca un “objeto” sino que, desde el momento que el ser humano es capaz de generar pensamiento “existe”; en consecuencia el reconocimiento de esa existencia tiene primacía y precedencia sobre la esencia. No obstante, la existencia del hombre puede ser inauténtica o falsa si éste renuncia a su libertad. La carencia de libertad es carencia de existencia. En un sentido estricto para el existencialismo las cosas materiales y el hombre "existen", pero no "son" (es decir, no son nada real, en el sentido de tener una substancia separada de todas las demás y encerrada en sí misma. El existencialismo implica que el individuo es libre y, por ende, totalmente responsable de sus actos. Esto incita en el ser humano la creación de una ética de la responsabilidad individual. Según el filósofo e historiador de la filosofía Nicola Abbagnano, «Se entiende por existencialismo toda filosofía que se conciba y ejercite como análisis de la existencia siempre que por "existencia" se entienda el modo de ser del hombre en el mundo. La relación hombre-mundo es, pues, el único tema de toda filosofía existencialista Origen y desarrollo
El existencialismo nace como una reacción frente a las tradiciones filosóficas imperantes, tales como el racionalismo o el empirismo, que buscan descubrir un orden legítimo de principios metafísicos dentro de la estructura del mundo observable, en donde se pueda obtener el significado universal de las cosas. En los 1940s y 1950s, existencialistas franceses como Jean-Paul Sartre, Albert Camus, Simone de Beauvoir y Daniel Lira realizaron escritos académicos y/o de ficción que popularizaron temas existenciales del tipo de la libertad, la nada, el absurdo, entre otros. Walter Kaufmann describió al existencialismo como "el rechazo a pertenecer a cualquier escuela de pensamiento, el repudiar la adecuación a cualquier cuerpo de creencias, y especialmente de sistemas, y una marcada insatisfacción hacia la filosofía tradicional, que se marca de superficial, académica y alejada de la vida". Es la filosofía de la existencia, el movimiento filosófico y humanístico europeo, identificado por la concepción según la cual "la existencia precede a la esencia" (Jean-Paul Sartre), y que se popularizó a partir de la crisis y crítica social y moral, a raíz de los estragos y dramas socio-filosóficos ocasionados por las grandes guerras europeas del siglo XX, especialmente, la segunda guerra mundial. Al existencialismo se le ha atribuido un carácter vivencial, ligado a los dilemas, estragos, contradicciones y estupidez humana. Esta corriente filosófica discute y propone soluciones a los problemas más propiamente inherentes a la condición humana, como el absurdo de vivir, la significancia e insignificancia del ser, el dilema de la guerra, el eterno tema del tiempo, la libertad, ya sea física o metafísica, la relación dios-hombre, el ateísmo, la naturaleza del hombre, la vida y la muerte. El existencialismo busca revelar lo que rodea al hombre, haciendo una descripción minuciosa del medio material y abstracto en el que se desenvuelve el individuo (existente), para que éste obtenga una comprensión propia y pueda dar sentido o encontrar una justificación a su existencia. Se definen numerosas tendencias, entre ellas la religiosa y la atea, aunadas por una problemática común aunque cada una con su propio enfoque del entendimiento de la vida. La primera otorga primacía a la relación del hombre con Dios mientras que la tendencia atea considera al individuo como único ser. Estas concepciones se influyen mutuamente al manifestar las mismas preocupaciones y principios éticos, y por experimentar las mismas decepciones en cuanto a todo lo que de absurdo y sin sentido hay en la vida. Este afán por el espíritu de pesimismo, desasosiego y desesperación caracteriza a las tendencias del movimiento existencialista. El existencialismo, o más precisamente la filosofía existencial, se interesa en reflexionar sobre el sentido de la vida y de la muerte por encima de cuestiones abstractas; también intenta mostrar un camino individualmente creativo para que el hombre pueda realizarse, hacerse y valerse a sí mismo, a pesar de las pesadumbres y desasosiegos o de toda circunstancia. Tres escuelas de existencialismo: En términos: a) de la existencia e importancia de Dios o asimilables como lo Espiritual o el Ser. b) a su negación. c) los dudosos o no-importancia de Eso por la existencia. Se pueden ver tres escuelas de pensamiento existencialista: la teológica, la atea y la agnóstica. Existencialismo teísta: Esta escuela se puede ulteriormente dividir en "religiosa" y "espiritualista". El existencialismo teológico-religioso halla en Kierkegaard el primero y mayor representante. Heidegger representa el existencialismo espiritualista con su concepción del "ser" y se distancia expresamente del existencialismo ateo de Sartre en su Carta sobre el humanismo. También Buytendijk, psicólogo cercano a Heidegger, admite ser existencialista en esta línea. Martin Buber, por su parte, representa a una corriente de existencialismo judío muy influida por el hasidismo. Mientras que Gabriel Marcel y Jacques Maritain son encuadrables dentro de un "existencialismo cristiano" no tanto de línea kierkegaardiana sino más bien jasperiana/mounierista (filosofía de la existencia y personalismo). También Nikolai Berdyaev puede considerarse un existencialista religioso de fe ortodoxista. Existencialismo ateo: El existencialismo ateo es expuesto en el siglo XX por Jean-Paul Sartre y Albert Camus, que escriben novelas, obras teatrales y ensayos filosóficos. Pero Sartre es, sin duda, aquel que ha dado con El ser y la nada un ejemplo de ateísmo filosófico importante. En el siglo XXI hay que mencionar tres filósofos ateos (dos franceses y un italiano) muy interesantes. Se trata de André Comte-Sponville, Michel Onfray y Carlo Tamagnone. Existencialismo agnóstico: Es un existencialismo por el cual la existencia o no de Dios es una cuestión irrelevante para la existencia humana. Merleau-Ponty puede ser considerado gran representante de la corriente, aunque manteniendo más nexos con la fenomenología de Husserl.

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